Es el alma oculta bajo las sombras del ayer, los ayes de la indiferencia y la normalización de lo extraordinario. Son las flores que brotan en valles secos y los soles en los días de tempestad.
Los conjuntos de palabras que penetran el alma y hacen brincar al corazón como si fuese a embullir de pasión.
Embarrado hasta la garganta con la afonía, el pobre arrítmico se empieza a enriquecer y otea desde una gran azotea más allá del valle florido; la inmensidad.
Gárgaras que ahúman el aceite ya hervido; cual títere tirita de soledad y ofrece mar a cambio de tierra.
Ínfimo suspiro huracanado de vida y muerte; un ser inerte se ha convertido bajo las cuevas de su mente.
Afable en el inicio, fiable en el nudo, ordinario en el desenlace; elegía.
Muy buen acróstico.
Saluditos.
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buenos pensamientos
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Plasmados sobre un océano blanco😉 gracias! Saludos
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